Poison Ivy 2.0.1
es un proyecto de instalación interdisciplinar que trata la identidad y los nuevos modos de representación de la misma, a través de los nuevos medios, atendiendo especialmente a su relación con el regimen panoptico de control, una reflexión sobre la transformación y la visualización identitaria en el mundo contemporaneo
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José Antonio Yuste


miércoles, 3 de marzo de 2010

EL PANOPTICO INVERTIDO

La principal idea propuesta por Foucault es acerca del “encierro” y el control a que somete el sistema al ciudadano. Menciona que cuando los aparatos de encierro convencionales dejaron de funcionar, los medios de comunicación, tales como la televisión tomaron su lugar.
Desde esta óptica, la televisión aparece como una extensión del sistema productivo y procreador y no tanto como un medio generador de conocimiento, diversión y entretenimiento, o, aun siendo así, subordinado a una función reglada de control. La televisión, pues, más que mostrar, permite ver, es un elemento más del sistema ‘panóptico’ que describe Foucault, por ejemplo, cuando teoríza acerca de la estructura funcional de los recintos carcelarios.
Los medios son asimismo extensiones institucionales del poder, ya que es el binomio poder-saber el que produce discurso, el que tiene capacidad enunciativa. Los medios aparecen como una institución libre, como un instrumento cuya credibilidad se asienta en el valor de la independencia, pero la realidad de sus prácticas se halla determinada por las proyecciones propositivas, que los convierten en instrumentos de regulación y control de la vida social a través de la inducción de pensamiento políticamente correcto. Los ‘aparatos de encierro’ de Foucault giran generalmente en torno al cuerpo, a la sumisión del cuerpo (escuelas, cárceles, hospitales, lugares de trabajo...), mientras que los medios trascienden el plano corporal de sometimiento a los espacios donde transcurre el tiempo social para incidir sobre la dirección del pensamiento. El poder, que dirige el acontecer a través de la producción dominante del discurso, penetra por las capilaridades que configuran su red de control social, en el plano de los medios.

Giovanni Sartori: “El homo videns, esclavo de la imagen”

Para el italiano Giovanni Sartori, el predominio de la televisión en la formación de la opinión pública ha creado una ‘videocracia’, que en la práctica supone alimentar de “sustancia vacía la democracia como gobierno de opinión”. El predominio del ver produce un efecto sobre la sociedad: la atrofia de la capacidad de entender.
La televisión de bajo perfil de contenidos es la obra de gestores de escasa preparación intelectual y menguada sensibilidad cultural y social. El homo sapiens, que Sartori asocia a la cultura escrita y de la palabra, se transforma actualmente en homo videns, esclavo de la imagen. La socialización audiovisual anula la capacidad de abstracción y, consiguientemente, atrofia la función del intelecto.
Para Sartori, la televisión, en términos culturales y de valores, destruye mucho más de lo que transmite. "La televisión -dice -premia y promueve la extravagancia, el absurdo y la insensatez y multiplica al homo insipiens". Pero también produce efectos perversos sobre la sociedad democrática, en la medida que sólo da espacio político a una pequeña nómina de políticos y desplaza a la oscuridad pública a los restantes. En una sociedad donde se da valor a lo visible, se produce la paradoja que de la mayoría pasa al estado de lo invisible, queda fuera de la huella mediática.
Para Sartori, la democracia parte de la existencia de un electorado con capacidad de elección. Sin embargo, la televisión cambia el escenario, ya que sus estímulos de opinión no reflejan la realidad. Cuando los políticos toman en consideración los sondeos de opinión, ésta es, en realidad, la expresión de la agenda y los valores que la televisión ha suministrado a la audiencia.En cuando a la calidad informativa de la televisión, Sartori entiende que no sólo ofrece menos contenidos y peor contextualizados de lo que ofrecen otros medios, sino que banaliza, empobrece y falsea la información, fruto de una práctica profesional autodefensiva en la que se asume que la televisión es necesariamente así.
(Fuente: www.infoamerica.org)

Industria Cultural. Teoría Crítica de la Escuela de Francfort.

Esta teoría propuesta por Theodore Adorno y Max Horkheimer en 1972 considera que el éxito y sobre todo el mantenimiento del liberalismo se debe a la forma como los medios de comunicación impusieron en la sociedad norteamericana la devoción por la racionalidad tecnológica, el consumismo y la recompensa a corto plazo.
Adorno y Horkheimer explican que la mercancía es el principal instrumento ideológico de este proceso, pues parece que las bellas artes e incluso la cultura crítica y de oposición pueden entrar en el mercado en busca de beneficio, al precio de perder su poder crítico.
Para ellos, el pensamiento filosófico debe plantearse como 'crítica cultural', que evidencie las contradicciones entre la 'sociedad real' y su 'deber ser ideal'. La propuesta intelectual de Adorno se basa en la toma de conciencia de la situación y la denuncia de la apariencia de libertad de la sociedad de consumo, esto es, del espejismo de la cultura cosificada, desarrollada por la que describe como 'industria cultural', nutriente de la 'cultura de masas'.
Los productos culturales y el desarrollo tecnológico deshumanizado son los ingredientes que contribuyen a la desideologización de la sociedad. Las industrias culturales reducen la circulación del conocimiento a través de los espacios de ocio, que dan "demasiado poco y demasiado malo".
No olvidemos que Herbert Marcuse llamaba unidimensional a la sociedad creada con la ayuda de la Industria cultural.
Para Marcuse, los medios de comunicación y las industrias culturales, así como las expresiones de la publicidad comercial, reproducen y socializan en los valores el sistema dominante y amenazan con eliminar el pensamiento y la crítica. Los efectos de esta orientación mediática crean un escenario cultural cerrado, unidimensional, que propicia una especie de pensamiento único y determina la conducta del individuo en la sociedad. Los medios crean una estructura de dominación, bajo la apariencia de una conciencia feliz que inhibe la posibilidad de cambio hacia la liberación. Los medios de comunicación, a través de un lenguaje informal, no dan explicaciones ni ofrecen conceptos, sino que aportan imágenes. Descontextualizan, niega la referencia histórica. Lejos de moverse entre la verdad o la mentira, se limitan a imponer un modelo.

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